Los profesores son una categoría muy peculiar de personas: esto desde hace mucho es lo que siempre he pensado, en lo bueno y en lo malo.
La enseñanza es una profesión muy especial - últimamente subestimada - y los profesores son personas, o mejor dicho comunes mortales, que por lo tanto tienen virtudes y vicios.
A lo largo de mi vida como estudiante encontré profesores de muchas tipologías y reflexionando sobre este tema creo que las cualidades y los defectos de un profesor de lengua extranjera se pueden resumir en tres categorías de actitudes que pueden ser positivas (cualidades) y negativas (defectos): las actitudes que tiene él mismo ( o personales), las actitudes hacia su profesión, y aquellas hacia sus alumnos.
Actitudes Positivas
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Actitudes Negativas
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Personales
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vocación y pasión
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considerar su trabajo sólo un trabajo
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Hacia la profesión
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formarse y renovarse
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sentirse completo
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Hacia los alumnos
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empatía y provocar curiosidad
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considerar su clase como un público pasivo
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Actitudes personales
Yo creo que ser profesor es una cuestión de vocación y de pasión: si lo que enseñas te enamora no puedes parar de hacerlo y comunicarlo. Esta es una gran responsabilidad porque si consideras tu trabajo solo como algo que tienes que hacer para vivir y “ganarte el pan”, yo creo que vivirás mal y convertirás esta linda profesión en la pesadilla de tu vida y no sólo. La enseñanza, en mi humilde opinión, es como la mayéutica de Sócrates: significa “dar a la luz” pensamientos e ideas nuevas, no es rellenar una mente de conceptos y reglas.
Actitudes hacia la profesión
Los “malos” profesores que conocí eran aquellos que se sentían completos, es decir utilizaban su método y tenían su manera de enseñar que es la que aprendieron desde el principio y bastaba con esta para seguir adelante. En cambio, yo creo que un profesor no puede sentirse completo: las lenguas son vivas y cambian, como cambian los tiempos y las personas; por lo tanto, aunque fuera sólo por esa razón, un profesor tiene que formarse y renovarse siempre. En la enseñanza, así como en la vida, hay que recordar una regla de oro: nunca se termina de aprender.
Actitudes hacia los alumnos
Los alumnos pueden ser los jueces más severos y al mismo tiempo compañeros de un viaje estupendo por el mar de la lengua extranjera. Todo depende de la actitud del profesor hacia ellos y la empatía juega un papel fundamental en este caso. Un profesor tiene que identificarse mentalmente y afectivamente con el estado de ánimo de su clase. No se trata de resultar símpatico y agradable, sino de intentar conectarse con los alumnos: ellos no son un público pasivo que tiene que escuchar y aprender todo lo que el actor-profesor les cuenta en su monólogo. Los alumnos forman parte integrante de la clase, una parte fundamental, y por lo tanto juegan el rol de co-protagonistas. Es decir, el profesor no solo tiene que empatizar con ellos, sino también provocar curiosidad, preguntas, dudas, reflexiones etc. En una palabra: ser creativo.
En conclusión, un buen profesor de lengua extranjera debería tener un amor incondicional hacia la lengua, la profesión y los alumnos; además seguir con estas actitudes positivas todos los días. ¿Es una misión imposible? Quizás sí, quizás no. Lo que seguramente es imposible es ser un profesor perfecto, porque el profesor perfecto no existe y si existe no es un buen profesor.
P.D. Me gusta mucho el cine y, por eso, os recomiendo otra película muy interesante "Cadena de favores" (Aquí el trailer)
Estoy de acuerdo contigo Ilaria: pienso que un buen profesor tiene que conocer a sus alumnos y establecer un contacto empático con ellos. Eso es fundamental tanto para enseňar como para aprender de manera eficaz.
RispondiEliminaHola Chiara, gracias por tu comentario :-)
EliminaEs verdad, Ilaria, las lenguas están vivas y por lo tanto en continua evolución. Es importante estar siempre al día y renovarse. Esto ya implica que como persona debes poseer ciertas cualidades y evitar ciertos defectos de los que has puesto en la lista. Porque, si no sientes pasión por lo que haces y te sientes completo, no hay nada que te empuje a mejorar y a continuar formándote.
RispondiEliminaHola Susana, estoy totalmente de acuerdo contigo. Gracias por tu comentario y...hasta mañana :-) un abrazo
EliminaTotalmente de acuerdo contigo, el profesor debe seguir formándose y renovándose. Tenemos que adaptarnos al tiempo en que vivimos. Y lo más importante, tenemos que amar nuestra profesión, de lo contrario... ¡Qué tristeza!
RispondiElimina:-) Gracias por tu comentario Helena. ¡Hasta ahora!
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